Aromaterapia

Existen dos vías de penetración para estas sustancias: tópica (a través de los poros) y por inhalación. Cuando se aplican sobre la piel, pueden tener distintos efectos sobre el estado físico: relajante muscular, antiinflamatorio, antiséptico, etc… Al inhalarlos, modifican nuestro estado anímico o emocional. Por ejemplo, alivian los estados depresivos, favorecen la concentración o estimulan la sensualidad.

En ambos casos, el efecto es muy rápido. La ciencia nos explica por qué: cuando inhalamos un olor, miles de moléculas viajan a través de la nariz para ser detectadas por unos receptores situados en la parte superior de este órgano. Después se envía una señal al cerebro límbico, que es donde residen la memoria y las emociones. Esa es la razón de que los aromas nos provocan sensaciones muy intensas y los asociamos con nuestros sentimientos. Basta con aspirar un aroma durante unos pocos segundos para que afloren recuerdos que teníamos olvidados, recordemos a una persona a la que amamos o sintamos un repentino anhelo o bienestar.